
Enólogo Carlos Ponce y gerente José Alvarez.
JORNADAS DE CATA
A fines de noviembre y a lo largo de cinco jornadas consecutivas, se llevaron a cabo en Bahía Blanca las reuniones de degustación guiada organizadas por el Club de la Vendimia de la Cooperativa Obrera.
Estos denominados cursos de cata, realizados en confitería Craps con la participación de 280 socios del Club distribuidos en tres turnos cada día, contaron con la presencia del licenciado en enología Carlos Ponce, de la bodega cooperativa Fecovita, y del gerente regional de esa empresa, señor José Alvarez.
Luego de degustar seis clases de vinos e intervenir en el sorteo de interesantes premios, todos los concurrentes recibieron su respectivo certificado de asistencia.
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LLEGAN LOS VINOS ORGANICOS
La tendencia mundial a producir alimentos orgánicos, sin emplear productos químicos y protegiendo el medio ambiente, ya comienza a dar sus primeros frutos en la industria vitivinícola nacional.
Luego de un encuentro mantenido con los integrantes de Club de la Vendimia, oportunidad en la que presentó la nueva línea de vinos Santa Florentina, el licenciado en Enología Mauricio Fogliati, de Cooperativa "La Riojana", se prestó a un diálogo con nuestra revista sobre el presente de la vitivinicultura nacional.
-La tendencia a producir alimentos orgánicos ¿también llegó a los vinos?
-Sí. Nosotros ya empezamos con este tipo de vinos, si bien no somos los primeros en producir de tal manera, quizás seamos los primeros en exportar.
-¿En qué se diferencian de los vinos tradicionales?
- En el viñedo la uva recibe una serie de tratamientos, pero no se usan productos sistémicos ni nada por el estilo. Sólo se emplean aquellos que utilizaban nuestros abuelos, como azufre y caldo bordelés. Esto se traduce en una mayor genuinidad alimenticia, todo el microclima que forma la uva es mucho más sano y se presenta con mejores condiciones para vinificarla.
-¿Es difícil poder identificar un buen vino?
-En absoluto. La degustación del vino o el análisis sensorial es muy sencillo. A causa de la vida moderna hemos perdido la práctica del sentido del olfato y del gusto. Si al tacto podemos diferenciar lo que es liso de lo que es rugoso, si al oído podemos distinguir el llanto de un niño del susurro de un bebé, porqué vamos a ser diferentes con el olfato y el gusto, que son los dos sentidos básicos de la cata de un vino. Sólo falta ponerlos en práctica.
-Actualmente todo parace indicar que las bodegas en nuestro país pasarán a manos extranjeras o sobrevivirán como cooperativas. ¿Qué reflexión le merece este proceso?
-Para nosotros es muy importante trabajar en una cooperativa, sobre todo porque hoy existe un traspaso de empresas a través de fondos de inversión y no se sabe quiénes son los dueños. En nuestro caso hay una fuerza de 700 productores que está identificando a todo un pueblo y que lucha por un mismo objetivo.
 Licenciado en Enología Mauricio Fogliati.
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