JUNIO 1999
El ideal inconmovible

C
on la reciente desaparición física del arquitecto paisajista Ricardo de Bary Tornquist, la región serrana pierde uno de sus más fervientes defensores en materia ambiental.

No es poco gratificante evocar para los lectores de "Familia Cooperativa" la imagen de alguien que vivió en una de las aventuras más extraordinarias que le ha sido deparada al ser humano: descubrir la naturaleza.

Porque él no lo hizo como quien ingresa a un mundo diferente por mera curiosidad. Se aproximó a ella por el placer de su belleza y porque la consideraba una parte inseparable de la esencia humana.

Cierto es que don Ricardo de Bary Tornquist, quien acaba de morir a los 82 años, si bien residía en Buenos Aires su existencia pertenecía al gran hogar de la humanidad, el escenario, el paisaje que lo ofrece todo, desde la humilde hierba hasta el majestuoso árbol, la flor incomparable, la imponente montaña o la conmovedora puesta del sol.

Don Ricardo selló el pacto con esa comprensión cuando eligió la carrera de arquitecto paisajista. Supo que el hombre desligado con la naturaleza se empequeñece y se aísla perdiendo su propia identidad en una triste intemperie espiritual. Deja de ser, en una proporción enorme, lo que puede y merece ser.

En estos tiempos en que el determinismo tecnológico está sustituyendo el espíritu por un apéndice de apretar botones, su semblanza merece un justo recuerdo.

Don Ricardo era una persona humilde, respetuosa, pero inconmovible en su ideal. Veía con nitidez todos los daños que la insensatez humana está causando en el ámbito natural y reaccionaba con todas sus armas para evitar que el mal avanzara.

Yo recordaba hasta hace poco, cuando décadas atrás, algunos personajes de la oficialidad platense, a 600 kilómetros de distancia, estaban subastando el bosque de Villa Ventana, al mejor postor.

Se sumó sin concesiones al reclamo que entonces se formuló periodísticamente y cuando vinieron los funcionarios, desbordantes de soberbia en su menosprecio del hábitat regional, asumió por cuenta propia aquella defensa que involucraba a su querido partido de Tornquist, repleto para él de vivencias ancestrales.

Creo que por encima de aquella humildad que jamás separó de sus actos, su visión de la realidad y de las metas humanas lo aproximaba a la categoría de héroe homérico. El jardín que construyó en el cerro Mamím, tenía esa dimensión y respondía a tal actitud.

Llevó desde abajo hasta la cumbre las plantas y el agua con lo que construyó, cerca del cielo, un maravilloso paraíso. Lo dotó de un par de pintorescos y pequeños albergues, entre las piedras, a cuyas ventanas, nos contaba, se asomaban a veces los grandes lagartos overos demandando la comida que les habían acostumbrado a recibir.

Su pelea final lo encontró ya enfermo, pero no menos decidido a sostenerla con las fuerzas que le quedaban. Se relacionaba con la situación creada por el electroducto que se introduce en el paisaje serrano. La última noticia que tuvo fue que el problema sería reconsiderado y que podrían arbitrarse soluciones. Cuando lo supo dijo: "Todo se da bien. Ahora me puedo ir tranquilo".

Consciente de su fin, sabiendo que a su paso por la tierra apenas le quedaban algunas horas, admiró el sol de un día incomparable, que penetraba por la ventana, y expresó: "Qué bueno es morir en un día como este".

HOMENAJE

Preocupada por el cuidado del medio ambiente, la Cooperativa Obrera pondrá en circulación en los próximos días una bolsa de mucho mayor capacidad que las habitualmente entregadas en forma gratuita a los consumidores para colocar los productos en el momento de abonar su compra.

Se trata de una bolsa confeccionada en un material resistente que permite utilizarla muchas veces para evitar la proliferación del plástico. Cuando esta bolsa no esté en condiciones de uso, el consumidor la entregará en cualquiera de las sucursales de la Cooperativa y recibirá una nueva sin cargo alguno.

Como puede apreciarse en la nota gráfica, la nueva bolsa lleva impresa una amplia fotografía de un frondoso paisaje de Sierra de la Ventana y su lanzamiento constituye el homenaje de la entidad al arquitecto paisajista Ricardo De Bary Tornquist.