JUNIO 1999
Tres Arroyos cree en su futuro

E
nclavado en una rica región agraria, el partido de Tres Arroyos cuenta también con un creciente sector industrial e importantes atractivos turísticos, especialmente los balnearios Claromecó, Orense y Reta. Su ciudad cabecera reúne valiosos testimonios arquitectónicos e históricos de principios de siglo junto a una moderna fisonomía urbana.

Al frente de este distrito de sesenta mil habitantes se encuentra el ingeniero civil Carlos Hugo Aprile, quien llegó a la intendencia de Tres Arroyos en 1995 de la mano del Movimiento Vecinal y este año se postula para un nuevo período. A continuación se detallan los principales tramos del diálogo mantenido con este jefe comunal en ocasión de la visita de "Familia Cooperativa" a la flamante sucursal de la Cooperativa Obrera.

-La ciudad acaba de cumplir 115 años, ¿qué análisis hace de su presente?
-El distrito tiene 565.000 hectáreas que, salvo un pequeño cordón medanoso sobre la costa, son todas productivas. La tierra está bien distribuida, no existen latifundios ni minifundios y el 95% pertenece a gente que vive en Tres Arroyos, lo que genera un movimiento económico muy especial. En cuanto a la población, obviamente conviven italianos y españoles, pero la tercera colonia es la dinamarquesa y la cuarta la holandesa, que incluso es la más grande del país. El tejido social y productivo agropecuario se viene transmitiendo de generación en generación y constituye una cualidad muy especial. Al mismo tiempo, Tres Arroyos fue una de las cunas del cooperativismo argentino.

-¿Está conforme con ese perfil cooperativista de la población?
-Por supuesto. Uno de los postulados de mi gobierno ha sido trabajar con las instituciones intermedias. Está en pleno funcionamiento un consorcio pavimentador cooperativo de juntas vecinales y si bien creamos una cooperativa vial, no la pudimos poner en funcionamiento por falta de apoyo en el Concejo Deliberante. Es una entidad conformada por los propios productores agropecuarios para mantener los 2.500 caminos vecinales del distrito, que ahora están a cargo del municipio. También armamos una cooperativa en el parque industrial para dotarlo de gas y pavimento. Hoy está la estructura armada para que se vaya creando todo lo que resulte necesario, desde cuestiones de seguridad hasta instalaciones comunitarias.

-¿Qué otros proyectos no pudo concretar?
-Si hubiese tenido mayor poder político habría implementado una transformación municipal más profunda. Cuando asumimos la Comuna estaba al borde de la cesación de pagos, con una deuda de 9 millones y medio de pesos sobre un presupuesto de 18 millones. Pudimos bajarla en 6 millones, aunque ahora, aumentada por la necesidad de financiar nuevas inversiones, está en 5 millones. De todas formas, antes el 50% era deuda exigible y ahora está programada hasta el 2.004. También implementamos una racionalización administrativa muy importante. Había 17 dependencias municipales fuera del edificio principal y si bien algunas son inamovibles, con el resto realizamos un proceso de concentración para bajar los enormes gastos fijos.

-¿La concesión de la terminal de ómnibus también forma parte de las iniciativas pendientes?
-Bajamos en un 50% su déficit, pero creo que la explotación puede darse a un tercero y utilizar ese dinero en otras cosas. También pretendí instrumentar un sistema de estacionamiento medido con lo cual se iban a generar entre 16 y 18 puestos de trabajo, pero el proyecto no fue autorizado por el cuerpo deliberativo. Hay obras importantes pedidas a la Provincia como la pavimentación de un tramo de la ruta 72 y la provisión de gas al interior del distrito. Otro de los temas en carpeta pasa por seguir trabajando en el desarrollo turístico del partido.

-¿Y qué pudo lograr en estos casi cuatro años de gestión?
-En primer término, sanear la Municipalidad. Luego materializamos la descentralización del hospital e implementamos el seguro municipal de salud para quienes no pueden acceder a este derecho básico. También pudimos hacer obras de pavimentación, tratando de paliar un gran déficit existente mediante el trabajo conjunto con las entidades intermedias. En total se ha llevado el asfalto a unas 200 cuadras. Además se están haciendo obras de desagües pluviales.

-¿Qué opinión le merece la presencia de la Cooperativa Obrera a Tres Arroyos?
-Todas las comunidades pasan por un proceso de transformación donde algunos resultan beneficiados y otros no. Por eso lo importante es analizar el resultado global y creo que en este caso ha sido provechoso para la población, porque provocó una disminución en el nivel de precios y otorga mayor capacidad de elección.

-¿Cómo se imagina el futuro del distrito?
-Por la importancia que tiene el sector agrario, este año no es bueno para Tres Arroyos, pero se trata de inconvenientes circunstanciales, porque la estructura productiva está intacta. Contamos con riqueza natural y humana, condiciones básicas para el futuro.

-¿Se necesitarían nuevas industrias para no depender tanto de los vaivenes agropecuarios?.
-La actividad metalúrgica ha decrecido mucho, desde aquella época en que la fábrica Istilart llegó a tener mil obreros. Pero creo que el desarrollo industrial tresarroyense debe ser agroalimentario, apuntando a que nuestras materias primas salgan del distrito con mayor valor agregado.