testimonio
RAFAEL MARTÍN ESCULTOR DE
LA CREATIVIDAD SIN PAUSA

Con motivo del Día del Escultor, que se celebra el 6 de marzo, Rafael Martín -un bahiense cuya obra trascendió las fronteras del país hace muchos años para ser reconocido en el mundo entero- nos habla del presente de la escultura y analiza su futuro.

Con un pie en su Bahía Blanca natal y otro en cualquier parte del mundo donde su profesión lo requiera, Rafael Martín es uno de los más creativos y relevantes escultores de nuestro país, al mismo tiempo que un docente compenetrado con su tarea.
Entre otros méritos se lo reconoce como introductor en la Argentina en 1972 del raku (técnica tradicional oriental en la elaboración de cerámica utilitaria) y por haber hallado en una multiplicidad de opciones -que van desde la talla, la cerámica y el empleo de resinas poliéster y acrílica, hasta el ensamble de productos encontrados- la forma de plasmar en sus obras una profunda sensibilidad social que lo destaca dentro de la plástica latinoamericana.
Reconoce haberse iniciado en el arte de manera autodidacta, aunque posteriormente ingresó en la docencia como ayudante de Naum Knop en la Escuela de Artes Visuales, la que luego dirigió. En 1964 viajó a los Estados Unidos becado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y en la universidad estatal de Pennsylvania trabajó en cerámica, escultura, cine y fotografía.
A comienzos de la década del 80 es invitado por las universidades estadounidenses de Michigan y Massachussets para desempeñarse como profesor, mientras que entre 1989 y 1992 dirigió en su taller de Ginebra y en fundiciones de París y Londres las tareas de restauración y edición en bronce de trabajos inéditos de escultura que realizara el famoso artista alemán Max Ernst durante su estancia en el poblado francés de Saint Martin d´Ardeche.
Entre los numerosos galardones obtenidos por Rafael Martín se destacan el Diplome d´Honneur en la 4éme Biennale Internationale de la Ceramique d´Art (Francia, 1974), el Gran Premio de Honor en el III Salón Nacional de Arte Cerámico (Buenos Aires, 1978) y el Premio Fundación Konex a las 100 Mejores Figuras de la Historia de las Artes Visuales Argentinas (Buenos Aires, 1982).
Aprovechando que este 6 de marzo se celebra el día del escultor, "Familia Cooperativa" dialogó con Martín sobre el presente y el futuro de la escultura como manifestación artística.
-¿Qué cambios nota hoy en día en la escultura en general, ya que seguramente los materiales han cambiado?
-Sí, pero hay materiales que permanecen, como el mármol de Carrara o el bronce que se han utilizado mayoritariamente en la escultura. Luego aparecieron las resinas acrílicas y el poliéster. Incluso yo empleo muchísimos objetos encontrados.
-¿Ha inventado alguna técnica escultórica? 
-No y sí, porque a veces en cada pieza hay que inventar las técnicas. Yo soy figurativo, mis trabajos son siempre figuras, pero uso materiales muy variados.
-¿Se siente un artista universal, argentino o bahiense?
-Universal, y uno debe sentirse así. El nacionalismo en el arte no tiene sentido. Uno hace algo que supuestamente es único en el mundo, original e inédito, así que mi trabajo está abierto al mundo.
-¿Le han dado chances las autoridades públicas bahienses de hacer alguna obra para su ciudad?
-(Sonrisas) No, no tengo ninguna obra en Bahía Blanca y me gustaría saber la razón. Generalmente son razones coyunturales, pero de todos los intendentes que han pasado ninguno me encargó una obra.
-¿Se puede empezar a cualquier edad en este arte?
-Sí, incluso personas que comenzaron a los 50 años terminaron figurando en los libros especializados.
-¿Y hacia dónde se encamina la escultura?
-Cuando hay algo que se pone de moda, termina confundiendo a la gente. En un tiempo era el geometrismo, después se mezcló la escultura con pintura para que una lograra color y la otra relieve. Hoy en el mundo se está regresando a la figuración. La gente se cansó de ver formas que no le decían nada. Pero en el arte no hay progreso: el artista evoluciona interiormente, no progresa.

Rafael Martín.