MAYO  2001   NUESTRA REGION    



EL PALACIO MUNICIPAL CUENTA SU HISTORIA

La restaurada fachada del Palacio Municipal, con su artística iluminación, es hoy una postal precisa de aquello que soñaron los bahienses entre 1905 y 1909.
Todo comenzó en 1874 cuando se edificó la Casa Municipal, en la calle Valentín Alsina 65. Este inmueble tenía el mismo diseño que aún hoy se puede ver en Belgrano 64 (Corralón Municipal): una entrada principal, todas las oficinas al frente en una sola planta y ventanas resguardadas con rejas de hierro forjado.
Los bahienses pasan todos los días por esa vereda. Si levantan la vista, al llegar al portón, podrán ver el último rastro de una Bahía Blanca que luchaba por surgir como ciudad, allá por 1880. Se trata del antiguo cielorraso, con ladrillos sostenidos por tirantes de madera.
Por entonces la Intendencia municipal se llamaba Corporación Municipal con presidente en lugar de intendente, y los alcaldes y tenientes municipales eran los actuales concejales y delegados que administraban todo con acuerdos y resoluciones. 
Un ejemplo: el constructor que ganó la licitación para la Casa Municipal fue impugnado porque no presentó la debida garantía. 
Otros: del impuesto que pagaban los cafés con billares salía el dinero para arreglar y forestar la plaza; había arancel para médicos y curanderos (que abundaban); la escasez de agua ya era un problema. 
Pero hacia 1904, con trabajo y buena dirigencia, todo había cambiado. Bahía Blanca gozaba de un firme período de prosperidad que también irradiaba a la gran región de influencia.
Con la extensión de los ramales ferroviarios nacían nuevas poblaciones; llegaban inmigrantes italianos, españoles y, en menor medida, los humildes sirio-libaneses.
Por esos años el desmonte de los campos de la región estaba en pleno auge y solían aparecer avisos en los diversos diarios de la ciudad pidiendo mil hacheros y, en algunos casos, hasta 2 mil.
El 15 de diciembre de 1904, en la confitería "Jockey Club" de O’Higgins y Brown, los hermanos Voltz presentan una película documental con "Vistas" de la inauguración del ferrocarril al Pacífico, la actividad de las estaciones de Nueva Roma, Villa Mercedes, el ensanche de puerto Galván y las barracas del Mercado Victoria.
Todas estas obras tenían proyecto y dirección del ingeniero ferroviario Williams B. Harding Green, al igual que el tranway a vapor que ya circulaba por el centro de la ciudad.
Es bueno recordar que Juan Voltz, fotógrafo profesional, fue el pionero de los filmes documentales en Bahía Blanca y la región.
Y el 31 de diciembre de 1904 se colocó la piedra fundamental del nuevo Palacio Municipal.
El acto se inició a las cinco de la tarde con la actuación de la banda militar del Batallón 2 de Infantería. Hablaron el intendente municipal, Rufino Rojas, el padre salesiano Félix Guerra y el doctor Gregorio Uriarte, que con su reconocida elocuencia ofició de conductor de este acontecimiento social. Madrina del acto fue la señora Flora B. de Moore, quien recibió una medalla de oro. 
En un cofre que luego se enterraría al pie de la piedra fundamental se guardaron un acta labrada por el escribano Barrenechea, monedas, periódicos y medallas, destacándose entre ellas una con excelente trabajo de orfebrería donada por el ingeniero Luiggi, quien ya estaba próximo a terminar su monumental obra del Puerto Militar.
Luego, en el propio salón de la Casa Municipal, siguió una cena donde estuvieron invitados todos los vecinos más destacados de la ciudad. Más tarde se desarrolló un animado baile que duró hasta la salida del sol. Así esperaron estos bahienses la llegada del año 1905.

Oscar Rimondi


 
BAHIA BLANCA
RECUPERA SU PASADO

Varios edificios históricos y monumentos emplazados en el área central de la ciudad han sido sometidos por el municipio a una merituable tarea de restauración y embellecimiento.

Buscando preservar una parte sustancial de la inigualable riqueza urbana que caracteriza a Bahía Blanca, el municipio ha iniciado un ambicioso programa de recuperación de su casco histórico y área central.

La iniciativa, denominada Programa Centro, reúne entre sus postulados la revitalización y puesta en valor del sector, el cual congrega gran parte de los edificios y monumentos que hacen la memoria y a la identidad ciudadana.

Los trabajos más importantes se volcaron a la fachada del Palacio Municipal, donde el paso del tiempo había dejado profundas huellas y exigía una minuciosa restauración para devolverle sus características originales, las mismas que señalaron el despegue de Bahía Blanca como ciudad a través de esta relevante manifestación arquitectónica.

En esta primera etapa también se incluyó al Teatro Municipal y sus espacios verdes circundantes, los principales monumentos de la plaza Rivadavia y el exterior del ex edificio del Banco Provincia.

El arquitecto José María Zingoni, director del Plan Estratégico y coordinador del Programa Centro, explicó que el patrimonio arquitectónico bahiense representa un componente de inigualable belleza, el cual en muchas ocasiones pasa inadvertido para los ciudadanos como consecuencia del febril ritmo de las actividades cotidianas.

Destacó en tal sentido que el área central requería la potenciación de su valor simbólico y su protagonismo dentro de la ciudad.

“Los edificios no están hechos para ser congelados, conservados en una cajita de cristal, sino para que la comunidad toda los disfrute”, dijo el especialista al destacar que el Teatro, luego de los trabajos realizados, ahora ha vuelto a tener una mayor circulación de público por veredas y plazas adyacentes.

“Vemos con mucha satisfacción que las novias, que antes iban a sacarse fotos en el interior del edificio, ahora elijan detalles exteriores”, ejemplificó.

Aún queda en carpeta, y a la espera de condiciones económicas más favorables, la no menos relevante tarea de reestructuración y transformación integral de la plaza Rivadavia, en el marco de un proyecto que tiene por objetivo su reincorporación efectiva a la nómina de lugares preferidos y disfrutados por la población.

Una nueva etapa

Más de un centenar de edificios del microcentro, seleccionados por sus características históricas, artísticas y paisajísticas podrán ser sometidos a tareas de restauración, conservación o mantenimiento de sus fachadas en ventajosas condiciones, de acuerdo a lo establecido por la ordenanza 11.263.

El Banco Credicoop establece una línea de créditos a tasa preferencial, por dos años, con garantía a satisfacción, mientras que el municipio subsidiará hasta un 50% de dicha tasa de interés.

Al mismo tiempo, se impondrá una reducción de las tasas de alumbrado, limpieza y conservación de la vía pública y salud por el término de cinco años. Los beneficios de este programa también establecen la posibilidad de vincular al alumbrado público la iluminación de las fachadas de los inmuebles identificados. De esta manera, el proyecto denominado “Preservación y puesta en valor de edificios históricos, monumentos y muebles urbanos” entra en su segunda etapa.

Las metas propuestas tienden a mejorar la calidad urbano ambiental del microcentro, recuperar su valor simbólico, aumentar el interés, el grado de atracción y las inversiones. Al mismo tiempo, promoverá el surgimiento de fuentes laborales a partir de beneficios o facilidades.