región |
|
Esta ciudad bonaerense no sólo es conocida por ser la Capital Nacional del Polo o por el rico legado de los Alemanes del Volga, sino también por atesorar el mástil más alto de América y el segundo del Mundo.
|
Desde el 12 de Octubre de 1935 la ciudad de Coronel Suárez exhibe orgullosa uno de los monumentos más particulares y bellos de la región.
Se trata del Mástil Patrio, obra que con sus 42 metros resulta la más alta en su tipo de América y la segunda a nivel mundial.
Su construcción nació de la iniciativa del artista catalán Antonio Bagué, quien se encontraba accidentalmente en la ciudad y que con el tiempo se convertiría en uno de los más prestigiosos habitantes del distrito.
El entonces intendente municipal Daniel Amadeo y Videla, junto a un grupo de vecinos aceptó inmediatamente la propuesta y formó una comisión de festejos "Pro Mástil Patrio de Coronel Suárez", a la cual luego se le sumaría una subcomisión de Huanguelén.
En este grupo revistaron, además del jefe comunal, Juan Harriot, Pedro Miramón, José U. Lovecchio y Arturo Cortalezzi, entre otros vecinos que estuvieron encargados de llevar adelante el proyecto y recaudar, por medio de una gran colecta popular, el dinero necesario para la erección del monumento que fue inaugurado el Día de la Raza en 1935.
El mástil tiene un pedestal de cuatro por cinco metros y medio de base, en la que se encuentran ubicadas ocho esculturas tomadas de modelos vivos, distribuidas sobre tres de sus caras, y un escudo nacional en la cuarta.
Bajo cada cuerpo de las esculturas, trabajadas en hierro sobre un marco iluminado desde adentro, se leen las palabras: Honor, Patria y Libertad.
Habiéndose remodelado todo su sistema lumínico, el Mástil Patrio se encuentra actualmente en un proyecto de restauración impulsado por la subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Coronel Suárez.
Su autor
|
Bagué nació en 1884 en Tarrasa, una localidad cercana a Barcelona. Desde muy joven comenzó su carrera artística, habiendo obtenido, a partir de los 14 años, varios premios en escultura.
Más tarde es galardonado con el segundo lugar en la Exposición Hispano Francesa de Zaragoza, ganando mil duros que utiliza para realizar un viaje por España, Alemania, Francia e Inglaterra.
En 1909 regresa a su país, pero con el inicio de la guerra de Melilla viaja a Buenos Aires, donde llega en 1910. Allí realiza una figura para la cúpula exterior del Club Español y placas y medallas con motivo del centenario de la Revolución de Mayo.
En 1912 se traslada a Montevideo, volviendo tres años después a Buenos Aires. En su espíritu trashumante vuelve a España, pero en 1933 decide regresar a la Argentina. Permanece un tiempo en Coronel Pringles, para luego instalarse en Coronel Suárez.
Allí desarrolla no sólo obras escultóricas (el Mastil Patrio, el Cristo Redentor -inaugurado en noviembre de 1936 y del cual realizará una obra similar en San Carlos de Bolívar-, el monumento funerario en homenaje al comisario y caudillo conservador Martín Subiza, etc.) sino también una amplia actividad pictórica, en especial plasmando paisajes de Sierra de la Ventana.
También llega a instalar, para poder mantenerse, una casa de fotografía frente a la plaza principal de la ciudad.
A principios de los años ´50 se radica en Bahía Blanca, donde fallece en abril de 1972, a los 88 años.