MAYO 1999
Capacitación, una tarea ineludible

E
l aprendizaje ya no está limitado a los inicios de una determinada ocupación, porque se ha convertido en una herramienta tan imprescindible como permanente para todas las actividades laborales.

El ritmo vertiginoso de los cambios tecnológicos, económicos y sociales, han transformado a la capacitación en un elemento vital que todo trabajador debe procurarse a lo largo de su vida. Hoy más que nunca esta herramienta debe ser cultivada y profundizada en forma permanente, buscando satisfacer las necesidades de un mercado con exigencias cada vez mayores.

En ese marco, la gerencia de Recursos Humanos de la Cooperativa Obrera ha implementado un nuevo sistema de capacitación, atendiendo los requerimientos específicos de su casi medio centenar de sucursales distribuidas en una amplia región. El licenciado Pablo N. Barbieri, quien dentro de esa gerencia tiene a su cargo el tema, explicó que las modificaciones introducidas apuntan a privilegiar la capacitación de supervisores y encargados, relegando a un segundo plano antiguas estrategias. "A partir de este año -nos comenta- vamos a encarar con más fuerza ciertas acciones que veníamos realizando experimentalmente y que buscan aprovechar la experiencia de supervisores y encargados, reforzando sus habilidades". Explica que este cambio operativo está motivado en el gran número de empleados que reúne la Cooperativa Obrera -más de dos mil- y en su gran dispersión geográfica.

En tal sentido, la idea consiste en formar al encargado o supervisor para que también desarrolle un rol de capacitador, para lo cual será asistido mediante cursos y otros elementos, como por ejemplo material de lectura y videos.

Para evidenciar el esfuerzo puesto de manifiesto por la Cooperativa Obrera en materia de capacitación laboral, Barbieri indicó que mientras en 1997 se dictaron 6.300 horas/hombre de cursos, dicha cifra creció en 1998 a 20 mil.

Mayores requerimientos

En tanto, la psicóloga Claudia A. Di Lullo de Iribar, también integrante del área capacitación, afirmó que la mayor competitividad del mercado y las mayores exigencias de los consumidores plantean nuevos desafíos a los sistemas de formación de personal. "La profesionalización de cada puesto de trabajo es una demanda acuciante.

Actualmente, contar con empleados profesionales es una exigencia ineludible para toda empresa, pero esta denominada profesionalización no está necesariamente vinculada con la obtención de un título universitario", nos aclara.

Continúa diciendo que "hace algún tiempo se hablaba de repositores o gondoleros pero ahora se ha comenzado a hablar de auxiliares de supermercados, donde cada uno se ocupa del mantenimiento del stock, de conocer la demanda de los asociados y sobre la base de ese dato manejar su góndola, poniendo en ella la cantidad de productos estimada para lograr una buena rotación. Esto enriquece el trabajo de cada personal.

Álguien que entra de cero a un empleo, sin experiencia, va a tener falencias en la medida en que no se lo capacite para esa función. Uno puede aprender con la experiencia pero la capacitación acelera muchísimo los tiempos, enfatizó.

El trabajador del futuro

Para el licenciado Barbieri, durante los próximos años se agudizarán ciertas tendencias que hoy ya están apareciendo, como el requerimiento de que cada empleado se encuentre capacitado para resolver los problemas del consumidor desde su mismo puesto de trabajo, sin necesidad de recurrir a una segunda instancia.

Al mismo tiempo, añade, el trabajo en equipo tendrá cada vez mayor relevancia, así como el interés por formarse. Hoy, para tener empleo hay que tener estudios, experiencia, conocimientos, especialización y profesionalización en determinados temas. Todo esto va a ir acompañado de mayor tecnología y también, lamentablemente, de mayor desocupación, un flagelo que se sigue incrementando a nivel mundial.

Por su parte, Di Lullo afirmó que a los requisitos tradicionales como experiencia y conocimientos, ahora se suman otros no menos relevantes. La flexibilidad ante situaciones de cambio es fundamental. Quizás hoy un profesional no necesariamente tenga que abarcar temas específicos de su profesión, sino una temática muy diversas, dijo.

Cuando le preguntamos si el hecho de tener conocimientos de un idioma extranjero y computación constituyen requisitos básicos para obtener un empleo, nos responde: En este momento existen exigencias demasiado altas por parte del mercado. No creo que para todos los puestos uno tenga que saber un idioma o dominar una computadora. En determinados trabajos se requiere una alta capacitación en estos aspectos, pero también puede haber otros que no la necesiten. Por eso, tendría que existir más coherencia entre los requerimientos del sector empresario y la oferta laboral.

De todas maneras, tanto Barbieri como Di Lullo afirman que quien reúna mayores conocimientos, seguramente podrá acceder a puestos de mayor calificación. Estamos en la era del conocimiento y este factor es una carta importante para quien busque empleo. Sin embargo, la capacidad de adaptación y de aprendizaje son condiciones que también se evalúan, señalaron.

Las carreras más buscadas

Al hablar de la vinculación entre la política educativa y el mercado laboral, nuestros entrevistados afirman que algunas carreras tradicionales están repletas de alumnos mientras las organizaciones comerciales requieren, sin mayor éxito, personal con otras especialidades. "El mercado local y nacional está saturado para contadores públicos y abogados, pero nosotros tenemos dificultades para encontrar personas con perfil comercial, expresaron.

-¿Enfocadas desde la Cooperativa Obrera, cuáles son las carreras con mayor salida laboral?.
Barbieri: Marketing, formación en ventas y logística. Esta última es un área bastante novedosa y se refiere a todo lo que hace a la distribución y administración de stocks. Existen algunas carreras como ingeniería industrial o licenciatura en organización industrial que pueden tener una tendencia afín.

Di Lullo: También tienen mucha salida laboral todas las carreras referentes a las telecomunicaciones, es decir, al manejo de la información por redes informáticas u otros sistemas de comunicación. Todo esto tiene que ver con la necesidad de estar conectados con todas las sucursales y demás centros operativos. Las teleconferencias, por ejemplo, van a ser una de las herramientas que más se van a afianzar en los próximos años.

-¿Qué falencias detectan habitualmente entre los jóvenes que quieren obtener un empleo?.
Di Lullo: Si bien egresa gente formada, uno de los problemas principales es que les cuesta muchísimo adaptarse a la cultura del trabajo. A veces surgen inconvenientes con quien no ha tenido experiencia laboral previa y le resulta difícil incorporar hasta cuestiones tan elementales como el respeto de los horarios y el trabajo en equipo.

-¿Advierten que la calidad de los postulantes decae con el paso de los años?.
Barbieri: Ahora hay muchos más postulantes. Lamentablemente uno se encuentra con candidatos que en otro momento aspiraban a tareas de mayor responsabilidad y se ofrecen para puestos de menor nivel. Vemos gente con un título universitario que se presenta para una tarea donde jamás lo va a utilizar. Este es un problema para el empleado y también para el empleador, porque quien ha trabajado en un puesto de otra calidad va a tener dificultades para adaptarse a cargos de menor responsabilidad y con remuneraciones inferiores. Además es una verdadera lástima, porque esa persona está para más.

-¿Hay quienes llegan a esconder su diploma universitario?.
Di Lullo: Sí, he conocido gente que para obtener un empleo ha llegado a omitir el título en su currículum. Esto normalmente ocurre luego de un período de búsqueda infructuosa.