NOVIEMBRE  2002   PORTADA    


Carmelo Fioriti

La incidencia
de la música
en el desarrollo
de los niños

Para comprender la importancia de la música en la infancia dialogamos con el maestro Carmelo Fioriti, quien dirige el Coro de Niños de la Cooperativa Obrera desde su creación, hace ya 24 años.
"La música juega un papel importante en la formación del carácter del niño, también lo ayuda a expresarse mejor y, por sobre todas las cosas, incide enormemente en el desarrollo de su sensibilidad".
Cuando le preguntamos de qué manera ayudan un coro o una orquesta infantil al proceso de socialización de los niños, Fioriti expresó:
"Yo digo siempre que la música compartida es una buena escuela de democracia porque uno aprende a respetar al otro, a concertar y a ponerse de acuerdo. Para hacer esto primero debe escuchar al semejante y después hacer música juntos".
"El secreto para que un coro funcione –agregó– reside en que el grupo mismo funcione y en que la relación humana resulte buena. No digo que todos sus miembros sean amigos, pero sí sostengo que deben llevarse bien".
En tal sentido, explicó que los niños se inician en la tarea de conocer al otro y comienzan a darse cuenta de que su realidad no necesariamente es igual a la de sus compañeros. "Aprende a comprender que, quizás, el que está al lado suyo no se encuentra en la misma situación y que tal vez tenga problemas familiares, económicos o sociales, y descubre que tiene que aprender a ceder". comentó.
Dijo que la música, independientemente de su género, cuando es bien concebida siempre contribuye al crecimiento personal.
"En la medida en que ayude a reforzar ciertos valores podemos decir que es buena. Aquella que está bien hecha ayuda al individuo, de lo contrario termina empobreciéndolo. Un buen libro no sólo nos abre la mente, sino también el espíritu, y en la música sucede lo mismo", puntualizó.
Durante la entrevista mantenida con "Familia Cooperativa" en su hogar del barrio San Cayetano, el maestro Fioriti estuvo acompañado por su esposa y actual directora del Conservatorio Provincial de Música, la profesora Adriana Miconi, quien señaló que en la Argentina, a diferencia de otros países, este arte no ocupa el lugar que se merece como herramienta educativa.
"Aunque nos pese, la sala de música sigue siendo el lugar de los actos, de la reunión de la cooperadora y no está pensada como generadora de conocimiento en el ser humano. Si bien tenemos buenos maestros de música, a diferencia de otros países como Hungría, continúa resultando un adorno. Es cierto, no es música funcional, pero tampoco es música como ciencia, como arte o como camino educativo", expresó.





 


LA MUSICA, UN
IDIOMA UNIVERSAL

La historia de la humanidad tiene en la música un testigo privilegiado de su desarrollo, además de una herramienta capaz de derribar barreras, levantar fronteras y constituir un canal de comunicación entre los pueblos.

Desde Charles Darwin, quien postuló que la música comienza en el tiempo cuando el animal busca atraer la atención de su pareja por medio de sonidos, hasta Jacobo Rousseau, para quien se trata de un desarrollo del idioma hablado, la génesis de la música ha despertado muchas teorías.
Para el hombre primitivo había dos señales que evidenciaban la separación entre la vida y la muerte. La primera estaba dada por el movimiento y el sonido, mientras que la segunda se caracterizaba por la quietud y el silencio.
Algunos opinan que en sus inicios, la música fue la imitación del aullido de animales, del trino de las aves, del embate de las olas contra la costa o del susurro del viento, entre otros sonidos provenientes de la naturaleza.
Hace veinticuatro mil años, según determinaron científicos de la Universidad de Cambridge, el hombre empleaba flautas construidas con huesos de animales a manera de instrumentos concebidos para obtener efectos precisos, es decir, para poder modular el sonido en base a exigencias expresivas.
La teoría se sustentó en el estudio de tibias de ovejas donde los agujeros fueron realizados de modo tal de obtener intervalos musicales sustancialmente iguales a nuestros tonos y semitonos.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la técnica con que fueron realizados los orificios y las huellas dejadas por los dedos en torno de éstos, prueban que permitían modular el sonido producido para lograr el énfasis expresivo deseado.
Quizás, quién puede saberlo, el ser humano cantó antes de hablar, produjo música para exteriorizar sus emociones y posteriormente la usó para manifestar la madurez de la razón en sus pensamientos. Además, cantó para alivianar el trabajo, para alegrarse, para adorar y también para dominar.
Entre las civilizaciones más antiguas de las que existen huellas de actividad musical, están los habitantes de las orillas de los ríos Eufrates y Tigris, hace 6.000 años, quienes tenían sus propias formas para trabajar los metales y un singular modelo de vida, donde los adivinos se encargaban de transmitir la cultura, a los guerreros más fuertes se los proclamaba reyes y los tótems de animales u otros símbolos fueron levantados como dioses.
Sus oraciones y relatos eran ejecutados por medio de recitaciones y canciones interpretadas por instrumentos musicales. En la Mesopotamia se han encontrado instrumentos de hace 3.000 años entre los cuales el arpa de los súmeros se conserva hasta nuestros días.
De cualquier manera, la sensibilidad ante la música parece una característica que el hombre desarrolló mucho tiempo antes de intentar la escritura y como decía el compositor alemán Carl Orff (1895-1982): "La música comienza en el hombre, no en el instrumento, ni en el primer dedo, ni en la primera posición, ni en el primer acorde. Lo primero es el propio silencio, el escuchar hacia dentro, el estar abierto para recibir música, para escuchar el propio latido y la propia respiración".
El término "música" proviene del griego "musiké" (de las musas) y por ello la paternidad de la música, tal como se la conoce actualmente, es atribuida a ese pueblo.
Con el devenir de los siglos, este arte continuó su infatigable evolución, tomando diferentes formas de acuerdo al ambiente en que se desarrollaba. Fue un vocero global de distintas épocas, generaciones y culturas.
La música, se ha dicho hasta el hartazgo, es un idioma universal que derriba barreras y crea una constelación perfecta con otras expresiones artísticas, pudiéndose elevar y ser un método pedagógico que entrega la maravillosa posibilidad de un entendimiento común.
Y finalmente, como si fuera poco, nos da la chance de hacer visible una parte de nuestro acervo cultural, de sentir orgullo de nuestros orígenes, aunque lo importante, más allá de los problemas coyunturales, es que la música siga erigiéndose como una esperanza, como un idioma vivo y como un método de ayuda en la enseñanza del niño en su largo camino para encontrar su identidad y su lugar en la sociedad.

CELEBRACION INTERNACIONAL

El 22 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día de la Música conmemorando el nacimiento de Santa Cecilia, quien en el año 1594 fué nombrada patrona de este arte por el Papa Gregorio XIII.
Ese padrinazgo, aunque existen varias versiones al respecto, se le otorgó por haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Tras su muerte, luego de ser arrestada por profesar la fe cristiana, hubo quienes mencionaron que Cecilia "solía armonizar su corazón, pulsando las cuerdas del laúd de su fe para cantarle a Cristo".