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LUCHAR CONTRA EL FUEGO CON VALOR Y SOLIDARIDAD

En el país existen cuarenta mil bomberos voluntarios, verdaderos héroes anónimos que, de manera desinteresada, acuden cada vez que un siniestro pone en juego vidas humanas y bienes materiales de la comunidad.

El Más de seiscientos cincuenta cuerpos de bomberos voluntarios del país testimonian la voluntad solidaria y desinteresada de miles de hombres que, renunciando a todo, están dispuestos a ofrecer su vida para salvaguardar las de sus semejantes y proteger bienes materiales y espirituales de la amenaza del fuego y otras contingencias.
Su labor, muchas veces anónima y no siempre reconocida, atesora historias de vida cargadas de un cierto aire romántico y heroico, muy lejano de los valores individua-listas que hoy parecen aquejar a la sociedad toda.
Esta tradición que se mantiene inalterable llegó al país a fines del siglo XIX, de la mano de inmigrantes europeos imbuidos de valores asociativos y cooperativos que propiciaban la defensa del bien común, tal como lo demuestra la apari-ción de numerosas entidades benéficas y solidarias que ahora forman parte del denominado Tercer Sector.
El domingo 2 de junio de 1884, en el populoso barrio de La Boca del Riachuelo de Buenos Aires, tuvo lugar la reunión constitutiva del primer cuerpo de bomberos voluntarios de nuestro país, fecha que luego sería declarada Día del Bombero Voluntario.
La necesidad de formar una entidad de este tipo se fundamentaba en los recurren-tes incendios que afectaban las construcciones de madera y zinc, con un luctuoso saldo de víctimas humanas y enormes pérdidas económicas
Fue así como algunos ciudadanos, animados por un alto sentimiento de humanidad, decidieron fundar la "Sociedad Pompieri Voluntari della Boca".
Después de varias reuniones preliminares, los señores Tomás Liberti, su hijo Oreste, Lázaro Paglieti y otros, dieron a conocer a la población un manifiesto, que decía:
"Ciudadanos: una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras humildes viviendas de madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo invitamos a la reunión que tendrá lugar el Domingo a las 3 de la tarde en el Ateneo Iris". 
"¡Conciudadanos! La idea iniciada por pocos tiene necesidad de todos vosotros y de vuestro válido apoyo, y tendremos el orgullo de haber constituido una asociación filantrópica. El domingo entonces, en el Ateneo Iris, que nadie falte".

Bautismo de fuego

El cuerpo activo recibió el bautismo del fuego en un gran incendio de la fábrica de velas de Barracas al Sud, el 14 de Noviembre de 1885, obteniendo el elogio del pueblo y de la prensa en general.
La efectiva labor desplegada motivó que la Capitanía del puerto de la Capital cediera al cuerpo dos bombas a vapor que fueron bautizadas con los nombres de "José Fernández", entonces diputado nacional, y "Argentina".
Sin embargo, cuando nada lo hacía prever, el 9 de noviembre de 1889, el presidente de la Nación, doctor Miguel Juárez Celman, dictó un decreto por el cual se prohibía al cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Boca concurrir a los incendios y demás siniestros.
Esta situación perduró hasta el mes de Septiembre de 1890, fecha en que el entonces presidente de la República, Carlos Pellegrini, anuló el mencionado decreto, decisión que fue recibida con gran júbilo por toda la población.
La laboriosa institución siguió creciendo y el 15 de Junio de 1900 inauguró su edificio social, siendo padrino el entonces presidente Julio Argentino Roca y madrina la marquesa Luisa Malaspina, esposa del embajador italiano. 
Con el correr de los años, el cuerpo fue renovando su material contra incendio, ac-tuando en todas las catástrofes, epidemias, inundaciones, etc., que azotaron la Capital Federal, de modo especial en los barrios de la Boca y Barracas.
La segunda institución de bomberos voluntarios se creó en el puerto de Ensenada, en La Plata, el 23 de enero de 1896, a la cual le siguió el 30 de abril de ese mismo año una similir en San Fernando, al norte de la ciudad de Buenos Aires.

En Ingeniero White

El cuarto cuerpo fue el de Avellaneda, al sur del Riachuelo, establecido el 27 de noviembre de 1897 y la quinta entidad de bomberos voluntarios que se creó en la Argentina fue la de Ingeniero White, fundada el 8 de septiembre de 1907 por iniciativa de Antonio Juan Valle, un inmigrante genovés que había llegado a la Argentina en el mismo barco que Tomás Liberti, el fundador del cuerpo de bomberos de La Boca, barrio en el que ambos se radicaron.
Cuando Valle se trasladó a Ingeniero White -menciona el periodista y escritor local Conrado De Lucía-, sin duda ya traía la idea, que germinó años después, de formar en la ría de Bahía Blanca un cuerpo similar, como lo indica el escudo que creó para la hoy centenaria entidad, muy semejante al del cuerpo boquense.
La unión de todos los escuadrones que funcionaban en el país se logró formalmente 1° de Febrero de 1954 con la formación de la Federación Argentina de Asociaciones de Bomberos Voluntarios, que dio cohesión a las sociedades que existían hasta la fecha y las que luego nacerían.
El 25 de Septiembre de 1954, en Lanús, se realizó el primer Congreso de Bomberos Voluntarios, el segundo en junio de 1960 mientras que los días 31 de mayo y 1 y 2 de junio de 1974 tuvo lugar el tercero con la participación de doscientas dieciséis sociedades.
En 1988, tras 20 años de negociaciones, se logró la fusión de los quinientos cuerpos existentes en el Consejo Nacional de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina.
En la actualidad el Sistema Nacional de Bomberos está organizado en 19 federaciones provinciales y 5 delegaciones de otras tantas provincias que representan 660 cuerpos de bomberos, integrados por 40.000 efectivos y 10 escuelas de capacitación, con sus centros regionales.