ABRIL 2004   FESTIVAL    
  

Bailando con
tu sombra
(Alelí)

Autor: Víctor Heredia

Quien podrá quererte como yo te quiero, amor.
Quien, pregunto quién, podrá quererte como yo.
Siempre lo decías y me atabas a tu piel
con ramos de besos y escuchábamos caer
sobre los techos de zinc,
lluvias de otoño en abril.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover,
de guitarra rota, de oxidado carrusel.
Ay, Alelí... pobre de mí.

Yo te desnudaba para ver cómo era el mar,
y el mar se enredaba a mis deseos de volar.
Íbamos tan lejos que olvidábamos volver.
Nos traía el ángel ciego del amanecer
y se acostaba a tus pies
como una gatita siamés.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover,
de guitarra rota, de oxidado carrusel.
Ay, Alelí... pobre de mí.

Esta noche quiero que bailemos otra vez
la canción que el viento nos cantaba en el ayer.
Ya sabría el infierno cómo hacer para aceptar
que baile en mi celda con tu sombra sin parar.
Cómo he podido matar,
a quien me hacía soñar.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover,
de guitarra rota, de oxidado carrusel.
Ay, Alelí... pobre de mí.

 
EL GRAN EXITO DE ABEL
PINTOS EN VIÑA DEL MAR

Enfrentando con mucho aplomo, pese a sus 19 años de edad, las clásicas silbatinas que debe soportar cualquier concursante argentino por parte de ese público al que en la jerga artística se lo conoce como el "monstruo", Abel Pintos –el joven que siendo muy pequeño se inició en el canto en el Coro de Niños de la Cooperativa Obrera– fue elegido el mejor intérprete en la competencia folclórica del 45º Festival de la Canción de Viña del Mar, haciéndose acreedor a la Gaviota de Plata y un premio de 10.000 dólares.

La canción que interpetó es una obra inédita del cantautor argentino Víctor Heredia, "Bailando con tu sombra (Alelí)", que también resultó galardonada como la mejor canción del festival y su creador recibió otra Gaviota de Plata y u$s 30.000. Se trata de la tercera vez que una canción suya es premiada en Viña del Mar, ya que la misma suerte tuvieron "Vivir un gran amor" (1991) y "Ayer te vi" (2002).
Es interesante señalar que Abel Pintos acaba de editar su cuarto álbum, "Sentidos", que tiene la particularidad de ser muy innovador y estar integrado por canciones de su propia autoría. Anteriormente ya había sacado otros tres discos: "Para cantar he nacido" (1998), "Todos los días un poco" (1999) y "Cosas del corazón" (2001).
En reportajes periodísticos concedidos después de su gran éxito en suelo trasandino, Abel recordó sus difíciles comienzos en festivales y peñas de nuestra región: "Pagábamos la entrada, íbamos con una canasta con pastafrola y un termo y esperábamos que a las cuatro de la mañana, cuando ya no tenían a quién poner, me dejaran cantar".
Habló asimismo de las discriminaciones que sufrió por su corta edad: "Si en un festival había un tipo de 50 años vestido de gaucho, que de la borrachera no podía tocar y quería subir al escenario y estaba yo, un chico de 11 años, con una remera de Mickey y un jean, le daban los tres temas al tipo de 50".
Y a pesar de su particular estilo donde la melodía cobra tanto o más importancia que la letra de una canción, Abel tiene un concepto muy tradicional del folclore: "Yo lo siento como nuestro documento nacional de identidad, es el documento que tenemos para demostrar al mundo que somos argentinos".