
Ivano Barberini.
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LAS COOPERATIVAS EN UN MUNDO GLOBALIZADO
En un reportaje que concediera al diario "La Capital" durante su reciente visita a la ciudad de Rosario, don Ivano Barberini –presidente de la Alianza Cooperativa Internacional– hizo referencia a los efectos de la globalización sobre la actividad de las cooperativas.
–¿Qué impacto tuvo sobre el movimiento cooperativo la globalización de los años 90?
–Sin dudas que el proceso de globalización creó grandes problemas a las cooperativas, pero al mismo tiempo les abrió grandes oportunidades al generar estímulos para mejorar sus capacidades propias y su actividad en los mercados. En los últimos 10 años, durante los cuales la globalización experimentó un fuerte desarrollo, el cooperativismo también tuvo un importante crecimiento. Cito un caso concreto: en Brasil durante la última década las cooperativas crecieron seis veces más de lo que lo habían hecho en los 90 años anteriores. Por cierto, las cooperativas tienen una fortaleza fundamental, que radica en su posibilidad de atender mejor que las corporaciones multinacionales ciertos sectores y actividades, aunque debemos reconocer que algunas que tuvieron que confrontar en forma directa con esas corporaciones no pudieron resistir.
–¿El resultado final ha sido a favor o en contra?
–En la última década hemos tenido un crecimiento muy importante y en muchos sectores, pero de cara al futuro el desafío sigue siendo muy grande y encierra riesgos, porque las cooperativas afrontan la doble obligación de ser empresas más competitivas en el mercado y al mismo tiempo no perder la identidad social que las distingue.
–La globalización trajo concentración y eso también impactó en las cooperativas. ¿Se pudo resolver satisfactoriamente, teniendo en cuenta las necesidades de los asociados?
–Las empresas multinacionales tienen estructuras muy diferentes a las cooperativas y no tendría sentido pensar en la formación de grandes cooperativas que salgan a competir con las multinacionales. Precisamente la fortaleza de las cooperativas es su presencia local, lo que les brinda la posibilidad de llegar a aquellos lugares a los que otros no pueden. Eso es lo importante, lo que las grandes corporaciones no pueden dar: contacto personal y servicio a la comunidad. Otro aspecto clave es que las cooperativas tengan capacidad para actuar en redes y entrar en sinergia. En Italia, por ejemplo, las cooperativas de consumidores desarrollaron un entramado tal que les permite pararse cara a cara con las multinacionales. Para sintetizar: el cooperativismo debe reforzar su presencia donde tiene fortalezas, actuar en red y desarrollar su propia competitividad, haciendo lo que mejor hace y no pueden hacer los otros.
–¿El esquema es más complementario que confrontativo, entonces?
–Depende. Las cooperativas están en todos los sectores de la economía y para confrontar con las grandes corporaciones deben reunir la fuerza necesaria. Lo están haciendo en algunos servicios y en la agricultura, porque también en estas actividades tienen capacidad de gestionar donde los grandes no llegan. Hay palancas que las cooperativas pueden accionar para diferenciarse y sacar ventajas a las corporaciones. Y donde no se pueda confrontar hay que encontrar nichos para poder trabajar.
–¿Qué actitud encuentra el movimiento cooperativo de parte de los Estados?
–La Organización Internacional del Trabajo elaboró un documento muy importante, aprobado por representantes gubernamentales, empresarios y sindicales, que recomienda a los gobiernos promover a las cooperativas. También las Naciones Unidas dio lineamientos para apoyar el desarrollo del sector. Esto demuestra que se está reconociendo el rol social y económico de las cooperativas a nivel internacional. Sin embargo, a nivel de países hay realidades contrapuestas: algunos avalan al sector con la legislación, pero otros ven al cooperativismo como un fenómeno marginal, apenas complementario. Es importante la actitud que el gobierno adopte, porque las cooperativas necesitan un ambiente favorable que las acompañe para desarrollarse. Hay que considerar que las cooperativas tienen poco capital pero un fuerte acento en la responsabilidad social y que la globalización liberó a las mutinacionales de estas responsabilidades. Cuando hablamos de globalización, hablamos también de una fuga de responsabilidades de parte de los grandes jugadores de la economía, que se desentienden de la realidad local. Esa responsabilidad sí la tienen las pymes, mutuales y cooperativas. Si la legislación no lo toma en cuenta significa una desventaja competitiva.
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