Primer padrinazgo
presidencial del país
La Rusia de los Zares fue una de las varias cunas que dieron origen a la tradición según la cual el séptimo hijo varón de una familia se transforma en lobizón durante las noches de luna llena.
El Zar apadrinaba a los séptimos hijos varones no sólo para protegerlos del maleficio sino también como premio a quienes dieran siete hijos a la Patria.
Fue en el incipiente pueblo de Coronel Pringles donde surgió la institución del padrinazgo en la República Argentina.
En 1907 nació en esta ciudad el niño José Brost, séptimo hijo varón del agricultor ruso (alemán del Volga) Enrique Brost y de Apolonia Holmann.
El padre se dirigió entonces al presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta, expresándole su deseo de continuar con la tradición rusa que establecía que el zar apadrinara a los séptimos hijos varones.
La ceremonia se realizó el 20 de octubre de 1907 en la Iglesia Santa Rosa de Lima y representando al presidente participó el comisionado municipal Manuel Gascón. La madrina fue Berta Sieder.
La celebración social tuvo lugar en la antigua municipalidad, hoy auditorio Dardo Rocha, en un clima sumamente festivo y con todos los honores del caso. La Argentina es hoy el único país del mundo que mantiene esta tradición.
Por decreto 848/73 se amplió el beneficio del padrinazgo a la séptima hija mujer, siempre que los seis anteriores estén vivos. No es necesario que sean los siete varones o las siete mujeres correlativos en su sexo. Puede haber alguno del sexo opuesto intercalado.
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CORONEL PRINGLES,
TAN GANADERA COMO PUJANTE
Enclavada en una región eminentemente ganadera, a 123 kilómetros al noreste de Bahía Blanca, Coronel Pringles conjuga el encanto de sus paisajes rurales y la calidez de su gente, con una excelente oferta de servicios urbanos.
Con 5.245 kilómetros cuadrados, el partido de Coronel Pringles constituye una de las regiones más productivas de la República Argentina, destacándose por la presencia de más de 350 mil vacunos y numerosos ejemplares de ganado ovino que lo hicieron merecedor del título "Capital de los Lanares".
El distrito fue creado el 10 de julio de 1882 mediante una ley provincial promulgada por el gobernador Dardo Rocha dividiendo en tres al partido de Tres Arroyos. Así surgieron Coronel Pringles y Coronel Suárez.
El 24 de septiembre se creó el pueblo y el 19 de julio de 1934 fue declarado ciudad. Tomó el nombre del Coronel Juan Pascual Pringles, granadero del General San Martín, vencido en el combate de Chancay, en las luchas por la independencia.
Más de 30 mil habitantes conviven en el distrito, donde también se destaca la localidad de Indio Rico.
La agricultura se desarrolla en más de 5 mil kilómetros cuadrados de campos cultivables, siendo el trigo el cereal predominante, aunque también se adaptan bien a su suelo y clima los cultivos de girasol, sorgo, avena, cebada, maíz, alpiste y una extensa zona de explotaciones en doble ciclo de cosecha fina y gruesa.
La radicación industrial es una de las mayores ocupaciones de su actual intendente, el radical Aldo Mensi, existiendo planes de promoción específicos.
En este plano se desarrollan algunos establecimientos dedicados a la confección de prendas, cerramientos de aluminio, silos, carpintería, aserraderos, chacinados, carne, queserías, fábricas de soda, dulces, miel, helados, jugos de fruta y productos derivados de la soja.
Paseo urbano
Prolija y ordenada, la ciudad exhibe como elemento distintivo a la unidad arquitectónica, de estilo art-decó, que conforman el eje Municipalidad, Plaza y ramblas.
La Casa de la Cultura es otro de los sitios destacados. Habilitada en una casona de la calle Cabrera 451, alberga el Museo de Bellas Artes, con colecciones de pinturas, dibujos, grabados y esculturas de artistas argentinos contemporáneos.
Allí también se despliegan los atractivos del Museo Pillahuincó, un espacio dedicado a mostrar los deterioros causados por el hombre en su hábitat cuando no existe conciencia comunitaria ni legislación proteccionista.
En el mismo edificio se encuentra el Patio de los Arboles Históricos, el auditorio (sala del Primer Padrinazgo Presidencial) y oficinas de la Dirección Municipal de Cultura.
El circuito ciudadano también incluye el Museo Pringles, con colecciones arqueológicas y de historia local, una fonoteca, videoteca, fotografías antiguas y elementos gauchescos.
En la calle Alem 1345 el Museo de Ciencias Naturales ofrece colecciones de fósiles, minerales, flora y fauna, numismática, arqueología, etc, albergando transitoriamente el conjunto de carruajes y maquinarias agrícolas del Museo Agrario y del Transporte.
La lista de atractivos se cierra con el museo Flesia, emplazado en la casa más antigua de la ciudad. Contiene bienes legados por una hija del primer maestro del partido, Miguel Gioffredo Flesia.
El cordón serrano
La zona serrana, cordón de Pillahuincó, ocupa el 11% de la superficie del partido, y es rica en yacimientos arqueológicos, menhires, corrales, recintos e hileras de piedras y también en fósiles marinos.
Sus cursos de agua más importantes son el río Sauce Grande y el arroyo Pillahuincó, donde está ubicado el balneario municipal. Este lugar ofrece frondosas arboledas, parrillas, cabañas, piletas de natación para niños, canchas de fútbol, tenis, paddle, hockey y atletismo.
El principal atractivo turístico de Coronel Pringles es el dique Paso de las Piedras, un espejo de agua de 3.600 hectáreas. El lugar ofrece vistas incomparables de los cordones serranos y permite la práctica de la pesca y deportes acuáticos a vela.
A 20 kilómetros de la ciudad, la laguna El Laguito, donde se dispone de fogones y servicios sanitarios, es otro lugar adecuado para la pesca deportiva de pejerreyes.
El partido ofrece excelentes posibilidades para el turismo de estancia, con varios
establecimientos agropecuarios que ofrecen sus instalaciones para el desarrollo de actividades recreativas.
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