Es posible dejar
el cigarrillo
El doctor Eduardo Alberto Laura es uno de los especialistas médicos que más ha contribuido para que varias generaciones de argentinos dejen el cigarrillo.
Permanente conferencista en congresos internacionales, autor de numerosas publicaciones y diseñador de campañas preventivas, actualmente preside la Asociación Argentina de Prevención y Educación del Cáncer que tiene su sede en Bahía Blanca, ciudad donde se inició el Registro Nacional de tumores del Sur de la provincia de Buenos Aires, actualmente el mayor del país.
Ahora, el grupo que lidera se encuentra trabajando en un proyecto destinado a profesionales de la salud por cuanto se ha demostrado que el consejo médico al paciente fumador es el método de mejor relación costo-beneficio.
-¿Es muy difícil dejar de fumar?
-Hay dos tipos de fumadores. Hay quienes, cuando toman conciencia, ya sea por su estructura de personalidad o porque su adicción no es tan grande, lo logran solos poniendo voluntad.. El porcentaje de estos casos es bastante grande.
Nosotros, en el Hospital Penna, evaluamos con un test qué posibilidades tienen de dejar el hábito y, cuando nos da una elevada adicción, la experiencia nos dice que en estos casos el fumador requiere ayuda medicamentosa.
-¿A qué medicamentos se refiere?
-Uno de ellos es la nicotina para que cuando deja de fumar en forma total se reemplace de esta manera el cuadro de abstinencia que dura entre una semana y quince días. A aquellas personas con tendencia a la depresión o a la tristeza, se les recomienda, 10 días antes de que deje de fumar, la ingesta de bupropion. Este es un antidepresivo que sólo se puede utilizar con receta médica. Pero el hecho de que el médico le aconseje dejar de fumar lo va a ayudar a que tome conciencia y decida poner una fecha. No todos van a necesitar concurrir a los grupos de autoayuda, pero quienes lo necesitan pueden hacerlo en el Hospital Penna. Sólo tienen que anotarse o pedir información de anotarse o recabar información de 8 a 16, de lunes a viernes, en el teléfono 4593669.
-¿Los riesgos de contraer cáncer son los mismos para quien hace diez años que no fuma que para quien jamás lo hizo?
-Esto está probado por estudios epidemiológicos. Algunos efectos beneficiosos de dejar el cigarrillo son inmediatos y otros, para llegar al mismo riesgo de quien nunca fumó, llegarán luego de algunos años. Esto va a depender de a qué edad empezó a fumar y con qué intensidad fumó.
-¿Qué porcentaje de quienes dejan de fumar con sus cursos abandonan definitivamente el tabaquismo?
-Nuestros seguimientos en junio del 2001 entre los participantes entre marzo y noviembre del 2000, arrojaron que el 33% todavía no fumaban. A nivel internacional es un número muy bueno porque la rehabilitación es un tema muy difícil.
-¿Las mayores molestias se registran durante los 10 primeros días sin fumar?
-Sí, digamos entre los primeros 7 y 10 días. Allí es cuando necesita del grupo, luego la dependencia se atenúa. De todas formas. un investigador en el reciente Congreso Mundial de Chicago dijo que había dejado de fumar hace 30 años, pero que cuando le servían un café o un cognac le daban unas ganas terribles de agarrar un cigarrillo. Aquel que ha despertado los centros de adicción, estos centros están presentes y no debe descuidarse, por eso, le lema es no fumar el primer cigarrillo y no pensar que no va a fumar nunca más, porque el duelo se hace muy grande. Hay que decir "hoy no voy a fumar el primer cigarrillo y con eso la mente se predispone de manera distinta".
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QUINCE RAZONES PARA
NO FUMAR
El consumo de tabaco constituye la causa de muerte que más se puede prevenir, resultando responsable de enfermedades pulmonares crónicas, patologías cardíacas y de, al menos, un tercio de todos los fallecimientos por cáncer.
No fumar es sinónimo de una vida mejor y más duradera, con menores riesgos de contraer largas y penosas enfermedades. A continuación, y en una apretada síntesis, se describen 15 razones básicas para no caer o abandonar definitivamente esta poderosa adicción.
1
Cada cigarrillo contiene 4.027 agentes químicos, de los cuales 200 son venenos conocidos y 60 resultan cancerígenos. Dejar el cigarrillo implica reducir sensiblemente el riesgo de contraer una amplia gama de tipos de cáncer, –no sólo de pulmón–, y, por lo tanto, disfrutar más años junto a los seres queridos.
2
La nicotina, uno de sus componentes más negativos, es un poderoso estimulante que proporciona sabor al cigarrillo y obliga a la persona a querer cada vez mayor cantidad.
Después de inhalar la nicotina, el flujo sanguíneo va acumulando la sustancia en cada célula del organismo y a medida que el tiempo pasa, las células se acostumbran y piden más al cuerpo. Por ello, el fumador se vuelve irritable y nervioso; con el cigarrillo se "calma" y la nicotina se convierte en un "tranquilizante" semejante a la cafeína. La experiencia demuestra que la nicotina está entre las drogas que crean mayor adicción, junto con la heroína y la cafeína.
3
El alquitrán, otro de sus componentes principales, destruye los miles de sacos o alvéolos que tienen los pulmones para extraer el
oxígeno del aire. Esta destrucción origina una enfermedad penosa e incurable: el enfisema pulmonar o asma del fumador. La persona con enfisema muere ahogada. Un cigarrillo contiene 20 miligramos de alquitrán y una persona que fuma dos paquetes diarios lleva a sus pulmones 400 miligramos de esta sustancia, que en un año corresponden a 146.000 mg. Los pulmones están constituidos por más de 300.000 alvéolos pulmonares y el alquitrán termina por destruirlos.
Al principio el fumador sentirá una especie de ahogo, generalmente no le pone atención y sigue fumando. Normalmente se dan cuenta casi que demasiado tarde, pues ya han desarrollado el
enfisema pulmonar o asma del fumador, normalmente tratada con bronco-dilatadores que estimulan y fuerzan a los alvéolos no destruidos o mediante corticoides que aumentan las posibilidades de un infarto cardíaco.
4
El cigarrillo contiene monóxido de carbono. Esta sustancia es el mismo gas que sale por el tubo de escape de un automóvil. La sangre asimila más fácilmente el monóxido de carbono que el oxígeno. De modo que al fumar, se inhala un gas venenoso y se impide al cuerpo recibir el oxígeno necesario. Es claro, el organismo sufre las consecuencias...
El monóxido de carbono presente en el cigarrillo, se mezcla con la hemoglobina de la sangre, produciendo una sustancia llamada carboxihemoglobina, la cual impide la conducción del oxígeno en la sangre. Todo esto ayuda al desarrollo arterioesclerótico, ya que las arterias se llenan de placas grasosas y se vuelven rígidas.
5
También contiene hidróxido de cianuro, una sustancia paralizante de las bellosidades que cubren los pulmones y que le sirven para defenderse de materias extrañas. Por esta razón los venenos entran rápidamente al pulmón. De ahí que el organismo del fumador se defienda obligándolo a toser.
6
El cigarrillo es causa frecuente de enfermedades cardíacas. Una simple bocanada acelera el ritmo cardíaco, de 5 a 20 latidos por minuto. Es decir que el corazón bombea más sangre, pero la nicotina hace que los vasos sanguíneos se contraigan, de tal modo que la sangre no pueda fluir fácilmente. El infarto y el bloqueo de las arterias no se dejan esperar: el riesgo de sufrir un infarto es tres veces mayor en los fumadores que en los no fumadores. Esto no es raro si tenemos en cuenta que la nicotina y el monóxido de carbono obligan al corazón a trabajar forzadamente.
7
Si una mujer además de fumar utiliza anticonceptivos, que también aumentan la producción de adrenalina, el peligro de infarto del miocardio es mayor y es así como el 80% de infartos en personas menores de 50 años se atribuye al cigarrillo. El porcentaje es mayor que el generado por enfermedades como colesterol e hipertensión.
8
Si el fumador sufre hipercolesterolemia e hipertensión, tiene tres veces más posibilidades de sufrir de infarto del miocardio que el no fumador. Fumar de 1 a 4 cigarrillos diarios, duplica el riesgo de ataque al corazón y más de 25 cigarrillos al día aumenta el riesgo hasta en un 50%.
9
Fumar es perjudicial para quienes le rodean. Esta es la controversia de moda. El fumador es el responsable de los peligros que corren las personas que se encuentran a su alrededor. Se ha comprobado que el humo que otros inhalan les causa los mismos efectos nocivos que si fumaran.
10
Algunas investigaciones recientes han demostrado que el cigarrillo contiene partículas radioactivas que se acumulan en el pulmón, en los nódulos linfáticos.
11
El fumador tiene más riesgo de contraer cáncer, en una proporción de 15 a 20 veces mayor, que aquellos que nunca han fumado.
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El cigarrillo causa innumerables síntomas negativos en el cuerpo: cansancio por falta de oxígeno en las células; dolor y pesadez en la cabeza; ronquera e irritación en la garganta; tos del fumador; pinchazos en el pecho; disminución de la capacidad pulmonar; merma en los mecanismos de defensa del sistema respiratorio, lo que hace al fumador más propenso a infecciones, gripes, etc.; en los jóvenes retrasa el crecimiento y en la mujer, si además usa anticonceptivos, aumentan los riesgos de trombosis, se le envejecen los tejidos y se forman arrugas por resequedad en la piel.
El semblante de un fumador es pálido y apergaminado, las encías se debilitan, los dientes se manchan y las hormonas se alteran. Las fumadoras llegan a la menopausia antes que otras mujeres. La nicotina genera cáncer de la garganta, una úlcera viva que prácticamente no permite ni comer, ni beber, ni dormir, al fumador.
13
En cuanto al comportamiento social, ya no es elegante ver a una persona fumando. Como todo el mundo sabe que el cigarrillo acaba con la salud, la gente (aún los fumadores) se sorprende cuando alguien fuma uno, dos y hasta tres cigarrillos en un rato.
14
Fumar indica falta de confianza en sí mismo. Generalmente, el fumador recurre a su vicio para esconder los nervios o para disimular sus angustias. La nicotina es una droga que habitúa y con el tiempo, la dependencia deviene más fuerte.
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Beneficios de abandonar el tabaco: A los 20 minutos la presión sanguínea y el ritmo cardíaco tienden a normalizarse.
A las 8 horas la cantidad de nicotina y de monóxido de carbono contenidos en la sangre disminuye a la mitad y la cantidad de oxigeno que puede transportar la sangre tiende a normalizarse.
A las 24 horas el monóxido de carbono, residuo del humo del cigarrillo, casi ha desaparecido de nuestro cuerpo. Los pulmones comienzan a "limpiarse" eliminando mucus y restos de humo.
A las 48 horas el cuerpo ha eliminado completamente los restos de nicotina y se siente una gran mejora en el olfato y el gusto.
A las 72 horas se experimenta una mejora en la capacidad respiratoria y pulmonar.
Entre 2 y 12 semanas se produce una importante mejora en el funcionamiento del sistema circulatorio. Aumenta la sensación de bienestar.
Entre 3 y 9 meses después desaparece la tos crónica. Para este momento la capacidad respiratoria aumentó por lo menos en un 10%.
A los 5 años la posibilidad de tener una crisis cardiaca es dos veces menor que la de un fumador.
A los 10 años la posibilidad de tener una crisis cardiaca es la misma que la de un no fumador y el riesgo de tener cáncer de pulmón es dos veces menor que la de un fumador.
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