La primera horneada de pan, actividad que dio inicio a la Cooperativa Obrera, salió del histórico establecimiento de calle España y Santa Fe el 1º de Mayo de 1922, logrando concretar en los hechos el sueño de una empresa solidaria y democrática, destinada a poner fin a los abusos de los especuladores de turno.
A 80 AÑOS DEL PRIMER
PAN COOPERATIVO
La posibilidad de alquilar o comprar una panadería para iniciar las actividades cuanto antes o construir un edificio propio para tal fin, fue la disyuntiva que dividió las opiniones en los primeros meses de vida de la Cooperativa Obrera.
La mayoría de sus integrantes eran partidarios de la primera de estas alternativas, mientras que Enrique Ballesi, quien había asumido la presidencia de la entidad, junto a Juan Apella y Víctor R. Maronna, sus más reconocidos impulsores, se pronunciaban por la segunda.
El 14 de agosto de 1921 tuvo lugar una asamblea de asociados que resultó fundamental para el futuro de la Cooperativa Obrera. En medio de un clima de tensión, propio de los instantes en que los protagonistas deben tomar decisiones trascendentes, Maronna arengó
fervorosamente a la concurrencia explicando los inconvenientes de adquirir una panadería que no reunía los requerimientos mínimos necesarios.
"El pan que en ella puede elaborarse es poco y caro, porque la planta es chica y está en malas condiciones, lo cual impediría nuestro desarrollo", señaló, para luego presentar un amplio informe sobre los costos de la producción, en el que demostraba cómo se abaratarían en caso de contarse con una planta moderna.
Así Maronna fue torciendo la postura de los asambleístas hasta que se decidió, por 91 votos contra 28, la compra de un terreno en España al 700 donde se levantaría el edificio de la panadería.
La fecha elegida para la inauguración no pudo ser más simbólica: el 1º de Mayo, Día de los Trabajadores. Como la flamante empresa de los propios consumidores distribuía el pan con el precio exacto y a 23 centavos, los efectos de la Cooperativa se hicieron sentir de inmediato en la ciudad y los demás panaderos debieron rebajar drásticamente sus
precios, que en algunos casos llegaban a 50 centavos.
El 1º de Mayo de 1932, exactamente diez años después de la histórica jornada en la que se produjera la primera hornada de pan, la Cooperativa Obrera inauguraba en España 745 su sección almacén, llamada a convertirse con el correr del tiempo en la principal actividad de la organización.
En 1928 se habia habilitado la sección caja de ahorros con el fin de obtener -recurriendo a los mismos asociados- los fondos destinados a la concreción de esta nueva aspiración.
Se compraron tres terrenos aledaños a la panificadora: uno sobre calle España y dos en Fitz Roy, y el apoyo de los 1.800 socios permitió no sólo inaugurar la sección almacén, sino también incorporar nuevos rubros de la canasta familiar y ampliar la acción reguladora de precios en la ciudad.
