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EL ENCUENTRO DE OSLO
Con la participación de 800 delegados que representaron a más de 80 países, tuvo lugar en la capital de Noruega durante la primera semana de setiembre la Asamblea General de la Alianza Cooperativa Internacional.
En la mañana del día 3 de setiembre, primera de las dos jornadas que abarcó la Asamblea General de la Alianza Cooperativa celebrada en las instalaciones del SAS Radisson Plaza Hotel de Oslo, los 800 delegados presentes que representaban a más de 80 países, tuvieron oportunidad de escuchar en el acto inaugural los discursos de Kjell Magne Bondevik, primer ministro de Noruega, de Steinar Dvergsdal, titular del Comité Organizador, y de Ivano Barberini, presidente de la Alianza. También se proyectó un video con el mensaje a la Asamblea enviado por Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, y se dio lectura al mensaje del Papa Juan Pablo II.
Finalizada la ceremonia dio comienzo el primero de los paneles, sobre el tema "Entorno global del desarrollo: los desafíos externos", en el que intervinieron Juan Somavia, director general de la Organización Internacional del Trabajo, Roberto Rodrigues, ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, y Hilde Frafjord Johnson, ministra de Desarrollo Internacional y Derechos Humanos de Noruega.
Por la tarde hubo otro panel referido a "La respuesta cooperativa al desarrollo económico, social y democrático", con la participación de destacados dirigentes cooperativos de todas las regiones del mundo. El jueves 4, durante todo el día, los asambleístas analizaron y decidieron varias cuestiones vinculadas con los estatutos y la estructura orgánica de la Alianza, estableciéndose que la próxima Asamblea General se llevará a cabo en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias en setiembre u octubre del año 2005.
Del mensaje del Vaticano
El Santo Padre Juan Pablo II ofreció sus rezos y buenos deseos para las deliberaciones de la Asamblea relacionadas con la necesidad de combatir la pobreza en el mundo, expresando su confianza en que se otorgaría la mayor atención a los principios éticos de solidaridad, subsidiariedad y participación, fundamentales para lograr el desarrollo de la sociedad humana y el crecimiento de las empresas productivas. También Su Santidad manifestó su confianza en que las cooperativas, dentro del contexto de la economía globalizada, contribuirán a extender mundialmente la cultura de la solidaridad, que respeta la dignidad y creatividad de cada individuo a la vez que está al servicio del bien común y de los requerimientos de un auténtico desarrollo humano.
Del mensaje de la O.N.U.
Millones de hombres y mujeres en todo el mundo se han asegurado una vida decente, bienestar económico y oportunidades de crecimiento organizándose en cooperativas. Desde sus modestos comienzos en el siglo XIX, el movimiento cooperativo se ha convertido en una fuerza significativa dentro de la sociedad, tanto por su cantidad de miembros como por la incidencia de sus organizaciones. Más de 760 millones de personas están incluidas en el sector cooperativo y en más de cien países las entidades cooperativas tienen presencia en casi todas las áreas de la actividad humana. Como organizaciones centradas en la gente y basadas en la equidad, la solidaridad y el esfuerzo propio, las cooperativas contribuyen a la expansión económica y a la cohesión social.
Del primer Ministro noruego
En Noruega el movimiento cooperativo ha portado de una manera muy importante al desarrollo de nuestra sociedad de bienestar. Los valores que lo inspiran y guian continuan siendo hoy tan válidos como lo fueron hace más de 150 años, cuando se creó en Rochdale (Inglaterra) la primera cooperativa del mundo. Esfuerzo propio, autoresponsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad son indispensables para el desarrollo, tanto en las comunidades locales como a nivel nacional e internacional. Actualmente el mundo enfrenta serios desafíos: combatir la pobreza, proteger el medioambiente, luchar contra el terrorismo. Y frente a tales desafios debemos promover esos valores, porque el cooperativismo y los esfuerzos conjuntos basados en la democracia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, es el mejor camino para obtener resultados que nos beneficien a todos.
Del Presidente de la Alianza
El crecimiento económico sin un matiz ético no es compatible con la reales necesidades del desarrollo y en tal sentido las cooperativas representan una alternativa a la carencia de responsabilidad social que hoy observamos en el sector privado. Es fundamental que el movimiento cooperativo se involucre en los temas más acuciantes de nuestro tiempo y que forme parte de la alianza global para luchar contra la pobreza, porque las cooperativas son una parte de la solución. Las premisas de una nueva orientación para las cooperativas deben incluir a las mujeres y a los jóvenes, ya que las mujeres se muestran como la fuerza impulsora en muchos sectores del cooperativismo y es en los jóvenes donde residen las necesarias perspectivas de futuro en un mundo más cooperativo.
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