Doctor Noël Barengo.
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CLAVES PARA ENTENDER EL "MILAGRO"
DE KARELIA DEL NORTE
El doctor Noël Barengo explica cómo, en tan sólo dos décadas, la provincia finlandesa de Karelia del Norte logró reducir en un 65% su tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
En veinte años la provincia finlandesa de Karelia del Norte redujo significativamente el nivel de colesterol de su población; lo mismo sucedió con la presión arterial y la prevalencia de tabaquismo, al tiempo que se logró aumentar el nivel de actividad física. Todo esto hizo que en ese período la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares se redujera en un 65%, convirtiéndose en récord mundial.
Para saber más de este "milagro" en materia de salud pública, "Familia Cooperativa" dialogó con el doctor Noël Barengo, investigador de la Universidad de Kuopio y uno de los responsables del exitoso programa, quien recientemente participó en Bahía Blanca de la 2ª Convención Regional de Consumidores de la República Argentina.
-¿Cuál era la situación en Karelia del Norte antes de que comenzaran a impulsar este proyecto?
-En los años 70 se descubrió que Finlandia tenía un índice muy alto de enfermedades cardiovasculares. En
realidad, era el doble de la mortalidad que registra hoy la Argentina. Además, no sólo teníamos el nivel más alto en Finlandia sino también en todo el mundo.
La gente se empezó a preocupar y a preguntar por qué se estaban muriendo jóvenes y le hicieron una petición al gobierno: por favor, ayúdennos, hagan algo. El gobierno, como suele hacer siempre, dijo: "esta bien, le vamos a pasar esto a otra persona", que en este caso fueron el Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad de Kuopio.
-Y a partir de allí, ¿qué acciones encararon?
-Primero necesitábamos saber qué estaba pasando en términos de salud y repasamos los factores de riesgo de estas enfermedades: nutrición, actividad física, fumar y la salud mental. Medimos estos valores y los resultados fueron alarmantes. El colesterol promedio era de 263 miligramos por decilitro, cuando el nivel normal es de 200 o menos. Con la presión arterial pasaba lo mismo, era mucho más alta de lo que debía ser, y entre los hombres uno de cada dos fumaba.
Las mujeres estaban un poquito mejor, sólo el 10% fumaba, pero evidenciaban muy poca actividad física, la mitad era sedentaria. Entonces, con estos resultados dedujimos que había que cambiar algo porque esto era lo que hacia que las enfermedades cardiovasculares fueran tan altas.
-¿Es algo similar a lo que ahora se viene haciendo en Balcarce y Cabildo?
-Sí, en la Argentina se encontró que el 36% de los hombres y el 30% de las mujeres fuman, mientras que el colesterol y la presión arterial son bastante altos. En Karelia del Norte buscamos la forma de cambiar la situación y lo primero que hicimos fue darle información a la gente. Les explicamos la necesidad de un cambio, el porqué no es saludable usar demasiada manteca sobre el pan, etc. Por otro lado, les dimos habilidades para que pudiesen cambiar.
El programa de nutricion empezó por apuntar a bajar el colesterol. Lo medimos y también se elaboraron normas de colesterol nacionales. Estas normas contenían la cantidad de sal que se debe consumir por día, o que cantidad de energía debe ser incorporada en la forma de ácidos grasos. También les decíamos que tenían que comer más vegetales, más ensaladas, porque no era muy popular en esa época consumirlas.
-¿También difundieron la necesidad de cambiar a través de las instituciones?
–Sí, por ejemplo, como muchos chicos comen en la escuela o personas mayores en sus lugares de trabajo, se les dieron recomendaciones a las escuelas, a las universidades y a las empresas para cambiar el tipo de comidas, y por ley se dispuso brindar una ensalada gratis por almuerzo.
Esto funcionó muy bien, pero no alcanza simplemente con normas o con el consejo de los médicos. Necesitábamos más gente que trabajara en esto. Así que involucramos a los medios de comunicación pública en la tarea de difundir la necesidad de una dieta saludable, en cómo preparar alimentos y campañas para abandonar el tabaco. Cada semana aparecían voluntarios contando sus experiencias luego de abandonar el hábito y mencionando qué sentían después de haber dejado de fumar.
Por otro lado, se sumaron músicos, deportistas, es decir gente conocida, que querían promover un estilo de vida saludable. También trabajamos con entidades no gubernamentales como las asociaciones de amas de casa, de diabetes, de hipertensión, etc.
Alimentos saludables
-Por entonces, ¿ya existían en el mercado productos saludables?
-No, por eso empezamos a trabajar con la industria, con los supermercados, y salieron productos como una leche baja en grasas y otra totalmente descremada, también queso descremado, helados más saludables, carne y embutidos con menos grasa, pero uno de nuestros mayores éxitos fue una margarina que tiene bajo contenido de colesterol.
Todos ganaron porque la comunidad tenía alimentos saludables y la industria otro nuevo producto que le daba ganancias. Los productos se vendían al mismo precio que los comunes, por lo cual la gente pudo elegir realmente el que quería. Además, desarrollamos una ley donde cada producto tenía que decir cuántos ácidos grasos saturados poseía, lo que ayudaba al consumidor a elegir. También se
establecieron competencias entre ciudades vecinas para ver quién bajaba más el colesterol, entre otras propuestas.
-¿Y en cuanto al tabaquismo?
-Se implementaron campañas nacionales por televisión informando por qué no es saludable fumar, les dimos información sobre cómo dejar y les dijimos que no es fácil pero que resulta posible. Una de las campañas que se llevó a cabo fue el concurso "Abandone y Gane", en el que si uno deja de fumar por un mes puede ganarse un premio.
Paralelamente, en 20 años se desarrollaron leyes muy estrictas contra el cigarrillo. Por ejemplo, por la carga impositiva aplicada, lo que acá cuesta tres pesos allá sale veinte, y si bien en Finlandia los salarios son un poco más altos, sigue siendo muy caro.
-Al principio de la charla Usted hizo alusión al sedentarismo. ¿Cómo trabajaron en este aspecto?
-Le informamos a la gente que debían hacer una actividad física de media hora, tres veces por semana, y que no era necesario correr una maratón, pero por lo menos transpirar un poquito. No importa a qué edad uno empiece, siempre hay beneficios. Lo mismo pasa con el tabaquismo, en diez años es como si no hubiera fumado nunca. Se empezó por aconsejar a la gente que dejara el auto y que usara la bicicleta; para eso se hicieron bicisendas que garantizaran la seguridad de los ciclistas y del cincuenta por ciento de las mujeres que eran sedentarias, bajamos al veinte por ciento.
La Cra. Mónica E. Giambelluca hace entrega al Dr. Barengo del símbolo de la Cooperativa Obrera. Observa la Dra. Laura Cipolla, de la Universidad de La Plata.
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