SEPTIEMBRE 2004   PORTADA    


La doctora María I. Casas y
la señora Julia Gómez Fontán,
consejeras de la Cooperativa,
plantando uno de los 173 rosales
trepadores que fueron donados por nuestra entidad.

El rosedal
bahiense

Sobre el acceso norte al Parque de Mayo, en el triángulo que conforman las calles Florida, Guido Spano y Urquiza, el Rosedal bahiense ya está próximo a entregar sus primeras flores.
La idea, impulsada por la Agrupación de Floricultura y Jardinería, fue materializada en una primera etapa con la ejecución de canteros y pérgolas, además de la implantación de unos 600 rosales de diferentes variedades.
El proyecto contó con la colaboración de la Cooperativa Obrera mediante la donación de 173 ejemplares trepadores, uno por cada asociado fundador de nuestra institución.
Materializado según un proyecto de la ingeniera agrónoma y paisajista Nora Bensi de Sánchez Sorondo, el espacio verde ocupa una superficie de 8.000 m2 e incluirá un total de 2.000 rosales de diferentes variedades.
En diálogo con "Familia Cooperativa", la titular de la Agrupación de Floricultura y Jardinería, ingeniera agrónoma Silvia Bilbao de González Martínez, señaló que en etapas posteriores se conformará en el lugar un jardín de aromas, juegos de agua y sonidos, pensando en las personas no videntes.
El rosedal dispondrá, además, de una fuente y caminos interiores para discapacitados y cochecitos de bebés.
Hasta ahora ha podido concretarse el 30 por ciento de este proyecto que nació a partir de las exposiciones anuales que realiza la entidad.
"Siempre recibimos muchas rosas, en algunas muestras hasta hemos contado con 400. Entonces, al ser muy aceptadas por la gente, pensamos en crear un lugar para que el público pueda apreciar las variedades más comunes y las nuevas que los viveros no traen porque la gente no las conoce", dijo la presidenta.
Sobre este punto, agregó que se apunta a convertir al rosedal en un lugar dinámico donde los ciudadanos puedan pasear, disfrutar de la tranquilidad y también participar de cursos de poda, entre otras actividades.
Recordó que la idea de materializar un rosedal se remonta a la anterior administración comunal y afirmó que los resultados podrán apreciarse en el futuro, con la floración de los variados ejemplares.
"Agradecemos el apoyo de la Cooperativa Obrera y el de las otras empresas que colaboraron porque esto trasciende lo material. Se trata de un acto de fe y de confianza en el futuro", indicó.
¿Qué condiciones posee Bahía Blanca que benefician el desarrollo de los rosales?, le preguntamos.
"Realmente no lo sé, pero se dan muy bien. El frío es necesario y el suelo se puede mejorar, pero también es cierto que aquí hay mucho viento y el sol, en determinadas épocas del año, es muy fuerte".


 


CON LA PRIMAVERA NO
SÓLO LLEGAN LAS FLORES

Aunque para algunas personas el arribo de la estación de las flores se convierte en sinónimo de alergias y variables estados de ánimo, la gran mayoría la siente como un período ideal para dar rienda suelta al optimismo y desarrollar actividades al aire libre.

Si bien en nuestra región la primavera normalmente se hace esperar hasta los primeros días de octubre, el calendario marca el 21 de septiembre como el inicio de la estación de las flores, de los días más largos y de la luz del sol más intensa.
Toda la naturaleza parece explotar de vitalidad y nosotros, de manera voluntaria o involuntariamente, comenzamos a sentir un irrefrenable deseo de disfrutarla, prefiriendo dejar atrás los templados ambientes hogareños tan propios del invierno.
Por ejemplo, el paulatino aumento de la temperatura invita a realizar largas caminatas o actividades al aire libre, posibilitando también una mayor calidez en nuestros contactos sociales.
Sin embargo, en plena estación del amor, donde todos los paisajes cobran mayor realce, hay quienes se sienten cansados y más apáticos que nunca.
Estas situaciones pueden ser producto de llamado síndrome de astenia primaveral, condición provocada por los días más cálidos y el cambio horario, entre otras causas. Tales factores pueden producir irritabilidad, cansancio y apatía, aunque por lo general desaparecen poco a poco, a medida que el organismo se va a adaptando a las nuevas condiciones ambientales.
Con la llegada del calor los afectados sienten, además, abatimiento y tristeza, todo ello producto de la angustia que les produce afrontar una nueva fase.
También es probable que durante este período aparezcan etapas de insomnio combinadas con episodios de somnolencia, haciendo de la cama o de un mullido sillón los únicos refugios posibles.
Algunas estimaciones señalan que una de cada cinco consultas a médicos clínicos están motivadas por la astenia.
La mayoría de los afectados se quejan de lo mismo: debilidad, picores, dolores musculares, calambres nocturnos, taquicardias, pérdida de pelo, uñas frágiles, anemia, sensación de agotamiento al levantarse, mareos, náuseas y malestar estomacal.
La nómina se completa con tendencia a la apatía y a la melancolía, cambios de humor, dificultad para la concentración y sensación de hacer un esfuerzo enorme para llevar a cabo actividades que normalmente no lo requieren.

Qué hacer

En estos casos se recomienda la realización de ejercicios físicos como pasear, al menos, durante 45 minutos, nadar, andar en bicicleta, bailar o practicar yoga o cualquier otra actividad que relaje el cuerpo y la mente, todo ello combinado con una alimentación rica en verduras, hortalizas y frutas.
También es conveniente ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono: pasta, pan integral y legumbres, los cuales aportan al organismo una inyección de energía.
El huir del pesimismo y de los pensamientos negativos son pautas que pueden ayudarle a salir del bache para florecer junto con la naturaleza y disfrutar de una nueva primavera. Sin embargo, cuando no es posible hallar la causa específica de la astenia, si no mejora con el reposo y los síntomas persisten, entonces es aconsejable acudir al médico.

Las alergias dicen presente

Otros de los problemas derivados de la irrupción de la primavera está dado por las alergias. En Bahía Blanca y su zona circundante, de clima templado transicional entre el cálido y húmedo de la pampa y el frío y seco de la Patagonia, los alérgenos derivados de la vegetación nativa y cultivada alcanzan una mayor significación como causantes de rinoconjuntivitis alérgicas.
Análisis del contenido de pólenes en el aire indican que las mayores concentraciones se alcanzan a fines del invierno y durante la primavera, con un pico anual en octubre, cuya mayor parte proviene de la polinización de los árboles y arbustos cultivados (cipreses, fresnos, plátanos, arces, eucaliptos, palmeras, juncos, ligustros y diversas gramíneas). Un segundo pico anual, de menor importancia, se registra en marzo por la contribución principal de casuarinas y malezas.
En estos casos, lo primero que debe hacer el paciente es acudir al médico de atención primaria para que le recete un tratamiento paliativo. Luego deberá ser derivado al especialista que realizará un diagnóstico correcto. Este paso es importante ya que un tratamiento inadecuado podría hacer que la enfermedad durara años o que se volviera crónica.
De todas maneras, y más allá de los casos expuestos, resulta una verdad de perogrullo mencionar que para la mayoría de las personas la primavera es sinónimo de actividad y optimismo.
En definitiva, resulta una estación ideal para dejar atrás el invierno y avanzar decididamente hacia la constitución de mejores vínculos afectivos y sociales, junto con la iniciación de actividades al aire libre que mejorarán nuestra condición física y mental.