NOVIEMBRE 2003

TEMA DE PORTADA

Este 4 de noviembre se habrá cumplido un cuarto de siglo desde aquel inolvidable concierto inaugural de 1978, en el que el Coro de Niños de la Cooperativa Obrera comenzaba a desgranar una rica historia fundada en cientos de tiernas y entusiastas voces infantiles.

OTROS TEMAS 
publicados en la
edición Nº 21
6

(1) Portada:
El Coro de Niños
cumple sus bodas de plata
(2) Lanzamiento:
Importante adhesión
a la tarjeta Coopeplus
(3) Aniversario:
El Shopping 
cumple cinco años
(4) Premios
Record en el
concurso escolar
(5) Historia:
El mes de noviembre
en ocho décadas
(6) Noticias
 

EDITORIAL

Dueños de nuestro destino

El cooperativismo argentino registra sobrados méritos en su permanente defensa del interés nacional.

Ya en las primeras décadas del siglo pasado demostró que los productores agrarios eran capaces de organizarse frente a las multinacionales y construir además los primeros elevadores granarios para potenciar el valor de la producción del campo argentino.

No menor fue el esfuerzo de los vecinos del interior de nuestro país que organizaron la prestación del servicio eléctrico cuando las empresas extranjeras lo brindaban a precios abusivos o se negaban a prestarlo en las localidades "no rentables". Una historia que en los últimos años ha vuelto a repetirse con la telefonía y la provisión de agua potable y de gas licuado.

Ejemplos similares podemos encontrar en cada sector de la economía argentina, incluyendo la acción del cooperativismo de consumo frente a la abrumadora presencia de los grandes grupos internacionales, a quienes se les han abierto sin restricciones nuestras fronteras como no lo han hecho las naciones más poderosas del planeta ni todas aquellas que comprenden la importancia de su mercado interno.

Dentro de este contexto asumen especial significación los muy recientes fallos judiciales que declaran la inconstitucionalidad de normas legales que impiden o limitan la acción de las cooperativas y otras entidades sin fines de lucro en determinados campos de la actividad económica. Y al respecto cabe acotar que si bien la mayoría de esas disposiciones tienen su origen en el proceso militar, han sostenido increíblemente su vigencia a lo largo de las dos últimas décadas gracias a los "oídos sordos" de nuestros legisladores.

Por ello, en estos momentos en que la Argentina parece despertar de una larga etapa de adormecimiento que hizo posible la irresponsable enajenación de su soberanía en sectores claves, resulta oportuno recordar la resistencia pacífica y constructiva del interés nacional que siempre mantuvo y sigue manteniendo el movimiento cooperativo.

Un movimiento que mucho aporta a la formación de ese capital social y solidario cuyo crecimiento permitirá recuperar soberanía nacional y soñar que aún es posible ser dueños de nuestro destino.